Hoy estaba reflexionando sobre las mujeres que se retocan partes de su cuerpo, o la cara, o todo. Y cada vez más jóvenes. ¿Por qué lo hacen? Quitando aquéllas personas que han sufrido un trauma, accidente, etc., tienen cicatrices, han sufrido los estragos del cáncer o algo similar, muchas otras lo hacen porque no se quieren a sí mismas. Porque recurren a lo artificial y a los demás para hacer un trabajo que es su responsabilidad. La gran parte de ese trabajo empieza por aceptarse a sí mismas como son, y encontrar su propia luz interior. Respetarse a sí mismas, y a los demás de paso. Aceptar el paso del tiempo pero no llevarlo a su extremo. Las cosas materiales tienen entropía (se van degenerando con el tiempo y los efectos del planeta) pero los seres humanos tenemos espíritu, alma, y somos capaces de revertir ese efecto. Nuestro ADN tiene una magia que no podemos imaginar, y la mente está sólo a un 10% de sus posibilidades.
¿Dónde está nuestra capacidad de creer, de vivir lo extraordinario? ¿De soñar con los pies en la tierra para hacer realidad ese cambio que necesitamos?
De verdad ¿vamos a dejar que otros se salgan con la suya y que sean los que se permitan criticar nuestra identidad? Les vamos a permitir que no nos podamos ver bellas como somos y que no nos dejen reflejar eso hacia afuera. No sabéis hasta que punto transforma la luz interior a alguien que la reconoce en sí mismo y se atreve a reflejarla hacia afuera.
Mirad, queridas: muchas veces un pequeño número de mujeres son las peores enemigas de su propio sexo. Las razones, no merece la pena decirlas. No viene al caso.
Me estoy dando cuenta últimamente de que es muy valiente reconocer quien realmente somos, y reflejar nuestra propia luz hacia afuera. Hacer magia cada día en nuestras vidas e intentar "tocar" un poquito aunque sea, la vida de los demás, sobre todo de quien amamos. Trascender el miedo, la rabia, que inunda el mundo. Sonreír desde el corazón, aceptarse uno mismo, quererse cada día más. Esa es la mejor cirugía. Te aseguro que es posible parecer más joven sólo con amar nuestra propia luz.
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