martes, 26 de noviembre de 2013

Escribir.

Cuando no se te ocurre nada sobre lo que escribir, está bien posar la mano con el boli entre los dedos encima del cuaderno, y dejar que fluyan las palabras llenas de sentimientos que bajan por las venas del brazo y la mano, y se unen con la tinta.
   Seguro que después, al leer lo que está ya pegado al papel, te sorprenden los resultados.
   Así han surgido bellos poemas, canciones, libros... Y seguro que es un maravilloso terapeuta para esos momentos en los que te sientes fatal y todo es muy triste en tu vida.
   Muchas veces es la propia mente la que se aburre, y en su afán de dramatizar y crear novelas densas, le da por exagerar, porque en realidad no le importas en absoluto.
   Pero si dejas que todo eso salga hacia la hoja del cuaderno, el alma se limpia, como si estuvieses debajo de una ducha de energía liberadora, que acaricia.
   Tenemos tantos nudos dentro, tanto que liberar, que llega hasta nuestro niño interior. Él/ella necesita que le escuches. Tiene miedo, sólo está asustado y quiere un abrazo.
   Para encontrarlo, necesitas seguir en ocasiones el rastro de las letras que se convierten en palabras, y luego en frases.
   Tirando de ese hilo, al otro lado, está tu niño. Ese que fuiste hace no tanto tiempo. Escúchalo, abrázalo. Y sonríe.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Sólo con cerrar los ojos...

   Esta mañana iba como siempre a trabajar, esta vez en tren. Como todos los miércoles. Estaba escuchando música con mis auriculares, y de pronto sonó una delicia musical que, para mi, además de Music de John Miles es todo un himno a ese arte que une sonidos de forma tan mágica: La August Rhapsody de la banda sonora de la película August Rush.
   De repente me dejé llevar por los sonidos que poco a poco se iban incorporando, cerré los ojos y me fundí con los instrumentos.
   Al finalizar la música me di cuenta de que estaba llorando. Las lágrimas cayeron de mis ojos al abrirlos como en cascada.
   Y mi reflexión en ese momento fue, que si todos hiciéramos lo mismo por un rato antes de ir al trabajo, a estudiar o donde quiera que vayamos, nos llevaríamos ese precioso momento de iluminación a cualquier lugar a donde nos dirijamos. Así no iríamos tan serios, incluso enfadados, diría yo. Y hasta sonreiríamos y todo!
   Probadlo, de verdad funciona. Es un pequeño gesto que puede cambiar tu día por completo. Y empezar a cambiar tu vida.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Breve reflexión antes de dormir.

Si las personas crueles hubieran sufrido en sus carnes y corazón la crueldad que yo he sufrido, creo que se les quitarían las ganas de volver a serlo nunca.
   Molestarse en conocer realmente a alguien, ponerse en el lugar de otro, lo que llamamos empatía, nos ahorraría mucho sufrimiento en el mundo. No estamos ya para sufrir más.
   Estamos para querernos, a nosotros mismos y a los demás. Estamos ya para darnos cariño y ternura unos a otros. Yo suelo expresarme con toda sinceridad y todo mi amor. Y mis palabras realmente dicen lo que siento por dentro. Veo a las personas como seres muy bonitos. Llámalo inocencia, ingenuidad, o bondad excesiva. Como  quieras.
Me produce un tremendo cansancio en el alma la crueldad, la soberbia y demás comportamientos parecidos.
   Por eso le doy tanta importancia al Amor, lo proclamo.
   Y lo que es más, me lo merezco, ¡qué porras!
   Vamos a querernos y dejarnos de mieditos, y demás tonterías! ¿no crees? El mundo está cansado de malos sentimientos.

sábado, 2 de noviembre de 2013

No me pesa...

No me pesa amar. No me pesa expresarlo. No me pesa sentir algo más allá de la mente.
   De verdad que no me pesa elegir el amor. Porque el amor se elige desde el corazón, no desde la mente, que lo único que trae es miedo. Y el miedo distorsiona la realidad.
   Lo único que me puede doler es que me cierren las ventanas cuando me acerco volando a donde me llaman. Porque eso hace que mis alas se quiebren y caiga hasta lo más profundo.
   Después de todo, si la distancia hace que los seres humanos se conozcan mejor que en persona, para luego encontrarse en cuerpo y alma, yo no tengo la culpa de que la otra parte cambie de rumbo. Aunque sea temporalmente.
   Amo la vida, la música, a mis amigos, respirar. Y seguiré creyendo en el Amor y en lo que se siente en el corazón, aunque no se pueda ver. Incluso con la posibilidad de que alguien se pueda reír de mi.
   Me da igual, porque el corazón tiene razones que la razón desconoce, como dijo Pascal.
Estoy orgullosa de querer a corazón abierto.

viernes, 1 de noviembre de 2013

A kind of magic.

No se trata de algo sobrenatural. No se trata de algo intangible, de algo misterioso o imposible.
   La magia, lo extraordinario están en el día a día. En la gente bella, en los detalles. En lo que se ve y lo que no se ve. En la música, en la lluvia que cae y el sol que sale después, en las puestas de sol.
   La magia está en una sonrisa, en los buenos sentimientos dichos de verdad. En una canción dedicada de corazón.
   Los milagros existen. Y son el pan nuestro de cada día. Y son algo normal y de andar por casa.
   Y parece que si alguien dice que no cree en la magia, algo se rompe dentro del corazoncito de los que sí creemos.
   Claro, que también puede ser que al que no cree le pueda el miedo o la sensación de que no se lo merece. Pero yo creo que sí se lo merece, como no.
   También hay que reconocer que tal y como vivimos de rápido y encerrados en nuestros caparazones en la mayoría de las ocasiones no nos damos cuenta de cosas tan sencillas y aparentemente tan banales.
   Pero creo que precisamente esa magia, es la que necesitamos para vivir. Ver y sentir la existencia de esta forma te hace amar cada respiración, cada gesto de ternura, cada momento en que eres importante para alguien que poco a poco se va haciendo más importante para ti también.
¿De verdad no crees en la magia? Yo creo que sí...

No, señor@s, el amor no ha muerto. Y tampoco nuestra libertad de ser, de brillar, de expresar.

Buenas noches a todos:  Aquí estoy, escribiendo en mi blog, después de un tiempo. La inspiración, esta vez me ha visitado en forma de canció...