jueves, 16 de mayo de 2013

Despierto/dormido. Un cuento real con monstruos y héroes.

   Cuando estamos tranquilos y con el alma despierta, y manifestamos nuestros sueños de forma inconsciente, el Universo se pone en marcha y, como por arte de magia, suceden cosas que, aunque no esperábamos, nos dejan muy buen sabor de boca.
   Pero ¿qué sucede cuando, de nuestra parte, o de otra, surgen los miedos, inseguridades, etc.?
Pues que de un plumazo la magia desaparece. ¡Es como preguntarle a un mago cómo ha hecho un truco!

   Viéndolo desde otro ángulo:
Imagina que un día te despiertas y sales a la calle, y te das cuenta de que eres el único que camina por la calle.
   De vez en cuando te encuentras a alguien y te hace mucha ilusión encontrarte que no eres el único, y que no te has vuelto loco.
   Un día tu teléfono suena, y con alegría descubres que alguien muy querido te lleva en el corazón y se ha acordado de ti y decide acercarse. Ha roto la barrera, el velo que os separaba, el hechizo de la bruja mala.
   Todo fluye natural y espontáneamente. Sin preguntas, sin temores, como cuando empezó.
   Pero por una esquina asoma la sombra. El miedo, la duda, la tentación de "lo malo conocido". Todos esos monstruos que nos asustan a los mayores.
   Y a algunos de nosotros nos alcanzan. Otros nos enfrentamos a ellos, y como han venido, se van.
   Pero el peor efecto de estos monstruos sobre nosotros, es que nos vuelven a llevar a un estado de somnolencia, que nos hace sentir "a gusto" porque su aroma nos es familiar. Y de un plumazo abandonamos la luz que habíamos reencontrado, y ni siquiera nos preocupamos de aquéllos que dejamos en el camino, como mínimo boquiabiertos, desconcertados, e incluso, de vez en cuando dándole vueltas a la mente sobre si ha sido culpa suya o qué han hecho o dejado de hacer.
   Los que se quedan en el camino, poco a poco se van tranquilizando al descubrir que hay cada día nuevos compañeros de camino despiertos y dispuestos a vivir segundo a segundo con el corazón por delante, y hacer de este mundo un hogar para todos.
   Pero eso no quita que, de vez en cuando, no se eche de menos a aquéllos que han estado con nosotros en un instante más o menos largo, y que de repente, nos dejaron solos.

   Lo que no saben es que los que verdaderamente están solos son ellos... Romped el hechizo, que aquí os esperamos.

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