Algunas mañanas uno se levanta sin ganas de salir de la cama. Con el deseo de quedarse acurrucado entre las mantas al abrigo y la seguridad de la casa. Y sin ánimo de luchar por conseguir que este mundo pueda ser un poco mejor cada día.
A veces te despiertas echando de menos a los amigos con los que pasas buenos momentos conversando, o en silencio... O incluso por escrito. Y a veces te preguntas si las ausencias de algunas personas queridas son en parte por culpa tuya.
Pero si nos dejásemos llevar por el primer sentimiento que nos despierta en la fría mañana, esto se iría a la mierda en un plis-plas. O sea que, te estiras, respiras, sonríes, pones los pies en la alfombra, te tomas una taza de té calentito, y te duchas. Ya la cosa va cambiando de color.
Sales a la calle dispuesto a pisar fuerte, y te dices a tí mismo que vales un montón. Y que este planeta es un lugar maravilloso en el que merece la pena vivir, y que tenemos la vida, a la que agradecer muchas cosas.
Entre ellas, los amigos estupendos, que están allí, aunque a veces no los sintamos tan cerca.
Y que seguro que tienen alguna razón por la que no se comunican tan a menudo.
Un abrazo a toda la gente que quiero. Gracias por existir. Gracias por vivir. Gracias por estar.
A veces la inspiración para vivir está en los seres humanos que alguna vez nos abrazaron, nos besaron... Nos quisieron. Yo os quiero mucho. Siempre. Incondicionalmente.
A veces te despiertas echando de menos a los amigos con los que pasas buenos momentos conversando, o en silencio... O incluso por escrito. Y a veces te preguntas si las ausencias de algunas personas queridas son en parte por culpa tuya.
Pero si nos dejásemos llevar por el primer sentimiento que nos despierta en la fría mañana, esto se iría a la mierda en un plis-plas. O sea que, te estiras, respiras, sonríes, pones los pies en la alfombra, te tomas una taza de té calentito, y te duchas. Ya la cosa va cambiando de color.
Sales a la calle dispuesto a pisar fuerte, y te dices a tí mismo que vales un montón. Y que este planeta es un lugar maravilloso en el que merece la pena vivir, y que tenemos la vida, a la que agradecer muchas cosas.
Entre ellas, los amigos estupendos, que están allí, aunque a veces no los sintamos tan cerca.
Y que seguro que tienen alguna razón por la que no se comunican tan a menudo.
Un abrazo a toda la gente que quiero. Gracias por existir. Gracias por vivir. Gracias por estar.
A veces la inspiración para vivir está en los seres humanos que alguna vez nos abrazaron, nos besaron... Nos quisieron. Yo os quiero mucho. Siempre. Incondicionalmente.