Fijáos: sólo un gesto para estirar el cuello, y me ha venido la inspiración para escribir este post.
Cada vez estoy más contenta de sentir plenamente la unión íntima entre Cuerpo, Mente y Espíritu. Normalmente, la mayoría de nosotros cosideramos el cuerpo como un contenedor de nuestras energías mientras experimentamos la vida en la Tierra, y, con más o menos diligencia ( a veces poca, la verdad), cuidamos de él ( o lo abandonamos a veces, pensando que no es importante para vivir)
Si nos fijamos en las medicinas tradicionales de todo el mundo, éstas tratan de curar y prevenir de manera holística: Cuerpo, Mente y Espíritu. Si tenemos unos síntomas cualquiera, la medicina convencional, trata de eliminar esos síntomas la mayoría de las veces, sin llegar al origen, que puede ser físico, pero también psicológico, e incluso espiritual.
Llevo más de 9 años practicando Tai Chi, y os diré que desde que empecé a hacerlo, he experimentado muchas mejoras en muchos aspectos de mi salud: presión arterial, transtornos menstruales, circulación, armonía mental, etc. Y por ello, desde que enseño esta antigua disciplina, me gusta compartirlo con la gente que quiera que le enseñe lo poquito que sé, y lo mucho que aprendo cada día.
Aunque sí que os digo que hay gente que todavía está reacia a su práctica, y su argumento es que "se ponen nerviosos haciendo movimientos lentos, y se sienten peor" (???) Bueno, siempre respeto las opiniones de los demás, pero, a veces pasa como con los niños, que dicen que no les gusta la comida del plato sin probarla siquiera.
De todos modos, hay otras disciplinas, como el Yoga, que ofrecen las mismas bondades que el Tai Chi, y afortunadamente, cada vez más, tenemos muchas donde elegir, así como locales para practicar y maestros con los que aprender.
Incluso, caminando, que es tan sencillo para todos, en plena naturaleza, o por un parque del barrio, también podemos meditar, a la vez que hacer ejercicio.
Nadar, que me encanta, (por eso soy un Delfín, jeje), también es una buena opción. O sea, que no digáis que no os ofrezco herramientas para sentiros bien este veranito, y que sus efectos se prolonguen todo el año.
Feliz verano, y... a cuidarse!
Cada vez estoy más contenta de sentir plenamente la unión íntima entre Cuerpo, Mente y Espíritu. Normalmente, la mayoría de nosotros cosideramos el cuerpo como un contenedor de nuestras energías mientras experimentamos la vida en la Tierra, y, con más o menos diligencia ( a veces poca, la verdad), cuidamos de él ( o lo abandonamos a veces, pensando que no es importante para vivir)
Si nos fijamos en las medicinas tradicionales de todo el mundo, éstas tratan de curar y prevenir de manera holística: Cuerpo, Mente y Espíritu. Si tenemos unos síntomas cualquiera, la medicina convencional, trata de eliminar esos síntomas la mayoría de las veces, sin llegar al origen, que puede ser físico, pero también psicológico, e incluso espiritual.
Llevo más de 9 años practicando Tai Chi, y os diré que desde que empecé a hacerlo, he experimentado muchas mejoras en muchos aspectos de mi salud: presión arterial, transtornos menstruales, circulación, armonía mental, etc. Y por ello, desde que enseño esta antigua disciplina, me gusta compartirlo con la gente que quiera que le enseñe lo poquito que sé, y lo mucho que aprendo cada día.
Aunque sí que os digo que hay gente que todavía está reacia a su práctica, y su argumento es que "se ponen nerviosos haciendo movimientos lentos, y se sienten peor" (???) Bueno, siempre respeto las opiniones de los demás, pero, a veces pasa como con los niños, que dicen que no les gusta la comida del plato sin probarla siquiera.
De todos modos, hay otras disciplinas, como el Yoga, que ofrecen las mismas bondades que el Tai Chi, y afortunadamente, cada vez más, tenemos muchas donde elegir, así como locales para practicar y maestros con los que aprender.
Incluso, caminando, que es tan sencillo para todos, en plena naturaleza, o por un parque del barrio, también podemos meditar, a la vez que hacer ejercicio.
Nadar, que me encanta, (por eso soy un Delfín, jeje), también es una buena opción. O sea, que no digáis que no os ofrezco herramientas para sentiros bien este veranito, y que sus efectos se prolonguen todo el año.
Feliz verano, y... a cuidarse!